Buenos Aires dice adiós al mercado de ganado de Liniers.

Los gauchos dejan un enclave ganadero en unos terrenos codiciados para irse a la nueva higiénica y funcional instalación a 60 kilómetros de distancia, en la ciudad de Cañuelas.
Desde 1899, en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, el barrio de Mataderos estaba caracterizado por su cercanía con el campo, pero hoy, más de cien años después, se ha convertido hoy en un problema medioambiental de 33 hectáreas debido a las heces de los animales que contaminan los acuíferos en pleno centro de la ciudad.
Los enormes camiones que transportan el ganado crean, además, embotellamientos en la capital argentina.
El traslado de la ubicación del Mercado de Liniers, previsto para fines del año pasado, es un golpe afectivo para los gauchos apegados a tradiciones de relación y convivencia. Argentinos jóvenes y mayores pasan la noche llevando toros, vacas y terneros a sus respectivos corrales. Además, como se sabe, los precios negociados en este mercado sirven de referencia para la carne de vacuno en toda Argentina.
El barrio cambiará una vez que el mercado se haya ido. Abre paso a otro mercado, el inmobiliario, bastante más feroz y, en otro sentido, igual de contaminante.