La actividad de la industria se contrae por tercer mes ahogada por la inflación

La actividad de la industria se contrajo en septiembre por tercer mes consecutivo, muy afectada por la inflación (que apenas se habría moderado ese mes hasta el 9%, según el avance de Estadística) y por la incertidumbre provocada a nivel internacional por la invasión rusa de Ucrania y la crisis energética. La producción y los nuevos pedidos caen a medida que la demanda se deteriora y, de nuevo, esto se tradujo en que el sector manufacturero destruyó empleo debido a las persistentes brechas entre la capacidad y las necesidades de producción. La confianza en el futuro cayó en territorio negativo en medio de una perspectiva económica que es cada vez más incierta.

Los costes volvieron a presionar a los productores el mes pasado, ya que la inflación de los precios pagados y de los precios cobrados se aceleró desde el mes anterior y se mantuvo elevada. El Índice PMI del Sector Manufacturero Español que elabora S&P Global (antes IHS Markit) se situó en 49 puntos en septiembre, por debajo de los 49,9 de agosto y de los 50 puntos a partir de los cuales la actividad se expande. 

Paul Smith, Economics Director de S&P Global Market incide en que el declive de los nuevos pedidos recibidos fue especialmente llamativo, y dado que las empresas también experimentaron un aumento simultáneo de los stocks de productos terminados, "las perspectivas de producción a corto plazo son claramente moderadas". De hecho, las empresas en promedio prevén una caída de la producción a lo largo de los próximos doce meses, y la alta inflación y la reducción del consumo son su primera preocupación. Estas inquietudes "se vieron respaldadas por un resurgimiento de la inflación de los costes, que alcanzó su máxima de tres meses", destaca.

La producción cae a su mayor ritmo desde junio de 2020
Debido a que este aumento de los precios pagados se sumó a la fuerte caída de las ventas, las empresas se mostraron reacias a contratar personal, y el empleo disminuyó ligeramente en septiembre por tercer mes consecutivo. Tanto la producción como los nuevos pedidos disminuyeron en septiembre. La producción se ha reducido por segunda vez en los últimos tres meses, en la que es además su contracción más pronunciada desde junio de 2020, en plena pandemia de Covid. La caída de los nuevos pedidos fue mayor que la observada para la producción. 

Los últimos datos mostraron una fuerte reducción de las ventas en general que estuvo entre las más grandes desde los confinamientos iniciales por la pandemia en la primavera de 2020. Las empresas avisan de que el consumo está disminuyendo, socavado por la alta inflación, y esto no es solo así para los compradores nacionales. De hecho, las nuevas ventas de exportación se redujeron por séptimo mes consecutivo y al ritmo más fuerte en más de dos años. 

Otro factor que destacan las empresas son los problemas que afrontan los proveedores. Los datos de septiembre muestran un empeoramiento de los plazos medios de entrega en relación a los del mes previo. El motivo: la escasez de materias primas y las dificultades del transporte. Las dificultades para obtener insumos de los vendedores apuntan, de nuevo, a las presiones inflacionistas. Los costes operativos aumentaron a la tasa más alta en tres meses, y nuevamente a un ritmo históricamente elevado. 

Las empresas informaron que las materias primas en general se encarecieron, y que los precios de la electricidad y del gas también fueron un factor clave que impulsó la inflación. A su vez, los fabricantes respondieron aumentando sus precios cobrados a un ritmo más pronunciado. Por todo lo anterior, la confianza sobre el futuro se volvió negativa por primera vez desde mayo de 2020, con una perspectiva económica incierta, caracterizada por una alta inflación y un menor consumo, que impactaron en la confianza.